ALBERTO ANDRADE, fue un hombre de organización hasta el final de sus días, el médico le dijo que solamente le quedaban 48 horas, y él llamó a sus hijos para ver la organización de su funeral y exequias, un gusto por nuestro vals hasta que su cajón besara la tumba....un final feliz, porqué él lo quiso así, supongo que me pongo en los últimos momentos en sus zapatos, pidió ser recordado con guitarra y cajón, cantando valses criollos, mientas que su viuda e hijos penaban por él, pero fue un entierro hermoso, igual que el del "Señor del Carmen " Amador Ballumbrosio, el maestro del zapateo del Perú. Lejos de lágrimas y congojas, fueron sus últimas peticiones y a un moribundo se le respeta su última voluntad. Si no fuera por las muertes trágicas del último jueves en el Perú y el Mundo, los funerales del Sr. Andrade hubieran sido noticias de primera página en nuestro país. Que descanse en Paz Alberto Andrade Carmona